¡Sean bienvenidos!

Únicamente soy una más de esas personas locas a las que les gusta vivir la vida y disfrutar cada momento, exprimiéndolos al máximo. Un bicho raro, vamos. Me he creado este pequeño espacio para compartir con aquellos que estén interesados como yo, en campos tal que la literatura, la fotografía o la música. Aquí me permito escribir todo lo que pienso, deseo y admiro.
Espero que les guste, saludos.

Sandra P.

26 de noviembre de 2010

Se aproximan los 18

Todo ha sido tan fugaz...
Parece que fue ayer, cuando era una caniija que daba sus primeros pasos. Parece que fue ayer cuando comencé a decir mis primeras palabras. Parece que fue ayer cuando me salió mi primer diente de leche. Parece que fue ayer mi primer día de colegio.
Pero no. No fue ayer. Fue hace ya 18 años. 18 abriles, 18 primaveras que han pasado por mi cuerpo, por mi piel, por mi mente, por mi vida. Nada más y nada menos que 18. Esa edad que todos desean por un motivo u otro, llena de ventajas, la llamada ''mayoría de edad''. Pero es cierto que una vez llegas a ella, dicen que los años pasan volando. ¿Pero cómo? Si hasta ahora ha sido veloz como una locomotora de vapor, veo casi imposible que pueda ir más rápido que anteriormente.
Qué rápido pasa el tiempo, el único que no perdona.


La vida supongo que es así, vivir y ensalzarte en cada pequeño momento para hacer de cada día un motivo por el que merezca la pena seguir aquí. Y no esperar a cumplir años. Ahora. La vida es ahora. La vida es hoy.
«Carpe diem.»
¿Y dentro de cincuenta años? Llueve. Miras por la ventana. Piensas, reflexionas. Hace frío. No un frío cualquiera, no. Ese frío que te cala hasta los huesos y viene de dentro con sabor a soledad. Intentas encontrar la respuesta perdida a una pregunta que ronda por tu mente: ¿Dónde han ido a para estos últimos años? Sólo aciertas a ver lo rápida que es la vida. En eso están de acuerdo todos los ancianos. Recuerdas más bien poco y es verdad que nunca pensaste que fuera a pasarte algo semejante. Siempre estuviste plenamente convencida de que eso nunca pasaría; que los momentos realmente importantes los tendrías bien calcados en tu memoria. Pero has pasado por tantas experiencias que no todas se llevan el lujo de ser calificadas como inolvidables. Estás convencida de que de momento no padeces alzheimer.


Pero claro, no me corresponde pensar en lo que vendrá. Sencillamente, me da igual: y yo no sé mañana...
Sandra P.

No hay comentarios:

Publicar un comentario